Allá en mi solar nativo
en esa tierra que tanto añoro,
esta la casa con los recuerdos,
con los que río, con los que lloro.
Recuerdos gratos están presentes
de aquellos años que ya se han ido
son tantos y tan hermosos
esos momentos que nunca olvido.
La casa, siempre impecable,
como a Mamá le gustaba,
la puerta siempre abierta,
la puerta siempre abierta,
como allá se acostumbraba.
De aquella dicha que se viviera
un manto de luto la ensombreció,
su primogénita, su flor más bella,
cruel el destino le arrebató.
Aquella casa otrora alegre,
cerro sus puertas por el dolor,
pasaron meses, pasaron años,
que superaron con mucho amor.
Al fin la alegría volvió a la casa,
aquella tristeza se disipó,
volvió la dicha, volvió la risa
y aquella puerta, también se abrió
La casa llena de hijos y nietos
ellos contentos, que bendición,
mamá arreglada muy perfumada,
papá con su puro, en su sillón.
Muy satisfechos con lo logrado,
siempre rodeados de mucho amor,
con sus sobrinos, con sus amigos,
tomando el fresco en el corredor.
Al regresar siento un vacío,
aquellos VIEJOS, ya no estarán,
la casa aquella se quedó sola
con los recuerdos que no se irán.
Hoy viajo inmerso en mi recuerdo
y ese recuerdo es mi tesoro,
son mis vivencias inolvidables,
por las que río, por las que lloro.
Xalapa Invierno del 2002 Francisco Javier Aguirre Beltrán